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La apropiación de estos lenguajes
y herramientas abre un abanico de
posibilidades para la construcción
de elementos educativos que
faciliten en nuestros estudiantes
el aprendizaje. Culturalmente,
el consumo de información y el
aprendizaje ya no se pueden limitar a
un solo soporte para entregárselo al
estudiante, quien está en la búsqueda
constante de los medios con los que
más se identifica para apropiar el
conocimiento, que pueden ser texto,
audio, video, imagen o las diferentes
mezclas de estos elementos.
Por tanto, se debe brindar
un abanico de posibilidades al
estudiante, quien decide emplear
cualquiera de las alternativas para
apropiar el conocimiento, lo que
implica poner a su disposición la
mayor cantidad posible de estas.
Pero, sobre todo, hemos
comprendido que la interacción
del estudiante con las diferentes
herramientas permite la construcción
de conocimiento conjunto, lo que
nos ayuda en todo momento a
mejorar nuestros propios recursos.
Finalmente, la capacidad del
estudiante de autogestionar su
formación le permite complementar
su proceso educativo con la
información disponible en su entorno,
lo que enriquece aún más el proceso.
6. Pensar fuera de la caja
Es una expresión que se ha usado
mucho últimamente, y más aún
cuando se habla de procesos de
innovación o tecnología. En el
desarrollo de nuestro modelo de
educación virtual comprendimos que
la diversidad de nuestros estudiantes
(que viven distintas realidades en
lugares apartados entre sí) y las
múltiples oportunidades que ofrecen
las nuevas tecnologías eran, al mismo
tiempo, una necesidad manifiesta
y una respuesta apropiada.
Muchos tipos de pensamiento,
variadas experiencias y distintas
formas de ver el mundo necesitan
de múltiples canales para realizar
procesos educativos exitosos. Hemos
aprendido que las diferencias nos
pueden ayudar a encontrar puntos en
común y crecer juntos, formando un
fuerte tejido social a través de la web.