Rompiendo barreras:
10 años de la educación virtual en el PolitécnicoGrancolombiano
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3. El estudiante
debe ser el centro
En la educación tradicional, el
estudiante puede buscar las
respuestas a sus problemas con
la ayuda de los funcionarios de la
institución. Inclusive, existen lugares
físicos de atención que le facilitan
los procesos y transacciones:
la inscripción de materias, los
pagos, la asistencia a clases, los
temas administrativos, entre
otros. La interacción física con los
colaboradores plantea de antemano
una sensación de servicio que puede
ser percibida de forma diferente en
otra modalidad.
La educación virtual, en cambio, debe
girar en torno al estudiante.
Si hay una falla técnica, una pérdida
de información o un problema con
la plataforma, el alumno no puede
resolverlo por sí mismo, y necesita
del apoyo de la institución. Si está en
un municipio apartado, requerirá una
respuesta rápida y oportuna; de lo
contrario, una pequeña insatisfacción
puede derivar en una deserción.
La autogestión, entonces, se
convierte en un componente integral
de los estudiantes en esta modalidad.
La capacidad para gestionar e
interactuar con las herramientas le
construye al estudiante habilidades
de gestión que ayudan en su
proceso de formación, y esto genera
independencia y constancia para
gestionar sus problemas.